La sociedad chilena actual, emplazada en el cuarto país con mayor nivel de inequidad a nivel mundial, evoluciona hacia una diversidad étnica, cultural y social que aspira a la integración de aquellas minorías que cada día hacen más eco de sus necesidades y buscan un espacio validado por la ciudadanía. Es en este contexto que la Atención Primaria de Salud con su enfoque comunitario, se enfrenta al cuidado de inmigrantes, pueblos indígenas, población adulta mayor, minorías sexuales, personas con capacidades diferentes y la perspectiva de género, como parte de los servicios que debe ofrecer y para lo cual no está del todo preparada. No obstante, con el afán de mejorar la calidad de vida de las personas usuarias del Sistema de Salud Público, los equipos multidisciplinarios han realizado esfuerzos para centrar su oferta en las carencias manifestadas por sus comunidades a partir de la práctica que el modelo bio-psico-social sustenta.
Hoy se hace necesario un espacio de intercambio de conocimientos y experiencias que instaure o enriquezca las buenas prácticas clínicas con pertinencia cultural y apoyen el anhelo de una Sociedad más justa e inclusiva.